domingo, 27 de septiembre de 2009

No a la carrera armamentista en América Latina

No a la carrera armamentista en América Latina
Por Asunción Caballero Méndez

Nuestro continente durante décadas ha sido presa de guerras y conflictos armados cruentos. Hoy se recupera lentamente en el fortalecimiento de una cultura de paz y una actitud de entendimiento entre nuestros pueblos. Claro que algunas veces se suscitan hechos pasajeros. No obstante, la amistad latinoamericana avanza frente a otras realidades como la asiática por ejemplo donde reina la desconfianza y el encono. El reconocimiento de los derechos humanos constituye una de las mayores atribuciones de la civilización.
Freud decía: “El destino del género humano estriba a mi parecer en que el desarrollo cultural y espiritual sabrá superar la natural agresividad y autodestrucción que lleva todo ser humano”. Esto es importante. Hoy cuando el hombre ha logrado dominar a las fuerzas naturales y creado las condiciones para mejorar la situación de los seres humanos en su conjunto, también ha desarrollado la capacidad de exterminar al propio hombre. Sin lugar a dudas las motivaciones las vemos en el afán de lucro y la obtención de utilidades, esta vorágine materialista prima por sobre todo lo demás.
En esencia y hablando honradamente el sistema político engendrado a partir de allí, conlleva a la dominación. Esta dominación ha enajenado y corrompido la conciencia del hombre.El capitalismo de nuestra época, tiene una base fundamental de su esencia en el mercado. La búsqueda para conseguir mayores ganancias en la estructura económica, constituye el eslabón para la formación de un mercado común internacional donde confluye el trabajo social. A partir de allí se establece el monopolio constituyéndose un dominio económico en grandes partes del mundo, lo que dará lugar a contradicciones, crisis y guerras.
Las consecuencias de la II Guerra Mundial en los países de la periferia, fueron sumamente dramáticas. Sus recursos fueron saqueados y explotados, ciudades destruidas, seres sin hogar, ni futuro. De allí surgieron los comités de partidarios por la paz. En abril de 1948 fueron creados bajo la presidencia del sabio francés Federico Joliot-Curie. Desde ese momento se adherirán millones de personas en todo el mundo. Se pedía luchar por la paz y para erradicar las guerras.
Yo me entere de este evento por un compañero que se encontraba en Paris. Hice contacto con el presidente de dicho organismo a través del periodista, intelectual y luchador político Ernesto More, a quien había conocido en el desarrollo de mi actividad política. Con él se formo el Movimiento Peruano por la Paz. Después de varias actividades en el exterior y por el dinamismo entregado en las tareas fui designado secretario del Consejo Mundial. Las actividades en dicho consejo me permitieron visitar diversos organismos extranjeros y conversar con sus líderes.
En la participación de diversos foros lleve la voz de la paz mundial. Uno de ellos fue con el Secretario General de la ONU. Esta notable reunión fue en Sofía en el Parlamento Mundial de la Paz del 2 al 27 de septiembre de 1950 con la asistencia de casi todos los presidentes de países miembros incluido la Asamblea de Niños de la Tierra. Un espacio sumamente tierno de solidaridad y de interés por la defensa del ecosistema. La reunión del Parlamento Mundial de la Paz constituyo sin duda una fiesta del amor, el cariño, la alegría y la felicidad para toda la humanidad; un esfuerzo en busca de lograr una armonía entre el desarrollo del hombre y su entorno.
En la reciente asamblea de presidentes, sólo se escuchó al presidente peruano referirse al problema del armamentismo. Los otros delegados hicieron oídos sordos cuando era una oportunidad para referirse a los reclamos entre los países de América, las discrepancias y las formaciones de bloques militares. Hubiera sido muy saludable la condena de una carrera armamentista y sus nefastas consecuencias sociales, económicas y políticas para los pueblos.Habría sido muy adecuado firmar entre todos los países latinoamericanos un acuerdo de no agresión ni militar, económica o política, sino un acuerdo por el respeto a las tradiciones y costumbres milenarias. Entrelazando relaciones de verdadera amistad con libre ingreso de personas entre los países, un comercio justo, intercambio permanente de expresiones culturales. Solo así se trabajaría por el futuro y por cambios de verdad entre los pueblos latinoamericanos
Yungay Noticias.

Articulo publicado en la pagina web del Colectivo Nuestra Bandera, del que fue miembro del consejo editorial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante:
Este es un espacio que ofrecemos para intercambiar, información, opiniones, conocimientos y experiencias. Solo pedimos un mínimo de educación y tolerancia. Todos los comentarios ofensivos, únicamente publicitarios,anonimos o fuera de tema, serán eliminados. Este BLOG no se responsabiliza de las opiniones vertidas en esta sección y en las paginas de las web de interes que enlazamos.