sábado, 29 de mayo de 2010

A 40 años del terremoto más mortal del nuestra historia: El Yungay que empezó de nuevo

La capital de la provincia del mismo nombre ocupa un importante sitial en el Callejón de Huaylas. Sin ser considerada ya como zona vulnerable, Yungay necesita de la inversión privada para aprovechar sus atractivos turísticos
Por Gabriela MachucaEnviada especialIban a ser las 4 p.m. de ese miércoles y estaba por llegar a Chimbote un avión de la Fuerza Aérea con noticias del Callejón de Huaylas. Tres días antes, el domingo 31 de mayo de 1970, un catastrófico terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter se había traído abajo parte del norte del país. Tal era la nube de polvo que se había cernido sobre aquel corredor, que los helicópteros no podían sobrevolar las ciudades que allí se localizaban. Por ello, no se tenía idea de lo que había pasado en estos lugares.
Monseñor Luis Bambarén, hoy obispo emérito de Chimbote e hijo orgulloso de Yungay, aguardaba ansioso el arribo de la máquina que era piloteada por un ex alumno suyo, Ítalo Vindrola. En realidad, todos esperaban lo que él tuviera que contar. “Bajó del avión blanco, blanco, blanco. Pálido. Me dio un abrazo fuerte y se echó a llorar. Me dijo: “Padre, Yungay ya no existe””.
El episodio narrado por el sacerdote da cuenta de cómo él y todo el Perú se enteraron de la consecuencia más nefasta del sismo del 70: un gigantesco alud había sepultado Yungay y a sus más de 20.000 habitantes. La ciudad había desaparecido. Pero no para siempre.
Yungay empezó de cero a un kilómetro al norte de la urbe devastada, y tras un largo proceso de crecimiento, 40 años después, sigue siendo la capital de la provincia del mismo nombre. Pero no solo eso. Hoy, la ciudad que comenzó otra vez ocupa un lugar más que importante en el legendario callejón que se alza entre las cordilleras Negra y Blanca.
DE CEROTras la debacle, el gobierno del general Juan Velasco formó la Comisión de Reconstrucción y Rehabilitación de la Zona Afectada (Cryrza) por el sismo, una suerte de Forsur de la época que velaría por todos los sitios damnificados. Monseñor Bambarén formó parte de ella y cuenta que la nueva urbe se pobló, principalmente, con comuneros procedentes de las estancias y los caseríos de las zonas altas de Yungay, quienes descendieron al perderlo todo. Muy pocos de los cerca de 300 sobrevivientes se quedaron en el nuevo lugar designado. Sucede que la mayoría de ellos eran niños huérfanos de los que se ocupó el Estado.
“Entre el 70 y el 71 la gente vivía en carpas y módulos. Luego se fueron construyendo algunas viviendas de madera”, relata Bambarén, no sin hacer hincapié que fue hasta 1974 que la ciudad empezó a establecerse formalmente. La edificación del casco urbano fue motivada también porque la otrora URSS donó al Gobierno Peruano 100 casas, las cuales fueron tristemente vendidas, y no entregadas, a algunos sobrevivientes y a los nuevos residentes.
TIERRA DE HORTICULTORESEsas viviendas rusas son de tan buena calidad que se utilizan hasta el día de hoy. Son un sello distintivo del Yungay actual, una ciudad que recuperó su población y ahora aloja a unas 20.000 personas (la provincia cuenta con casi 55.000). El 90% de ellas la constituye las nuevas generaciones, las cuales comparten espacio con inmigrantes de Huaraz, Caraz y hasta de la costa.
Pero el dinamismo que se percibe actualmente en Yungay no solo se debe al factor demográfico, sino principalmente al económico, a la agricultura, actividad a la que se dedica el 70% de la población.
Según la Dirección Regional Agraria de Áncash, la provincia de Yungay es la primera productora de maíz choclo de la región, una variedad local que ocupa allí unas 10.000 hectáreas de cultivos. También lidera el ránking regional en cuanto a producción de alverja verde. De esta manera, se alza como la gran proveedora de ambas especies en mercados de Huaraz, Chimbote, Trujillo y Lima.
No obstante esos productos estrella, Yungay también es un importante abastecedor de papa, olluco, oca, mashua, tarwi, quinua, melocotón, paltas y más. Todos ellos se comercializan a pequeña y gran escala a través de una feria que se organiza en la capital provincial cuatro veces a la semana.
Hay otros factores que han agilizado la vida en Yungay en los últimos años. Entre ellos se cuenta el hecho de ser zona de influencia minera, el que se reabriera allí una escuela técnica superior para suboficiales de la policía y el que cinco empresas de transporte interprovincial la consignen como destino. Sin embargo, esta carece del impulso a un aspecto que podría beneficiarla mucho y que hasta ahora es aprovechado solo por Huaraz: el turístico.
FALTA INVERSIÓN PRIVADALos nevados Huascarán y Huandoy, la laguna de Llanganuco, la milenaria cueva de Guitarreros y la ciudad sepultada son todos atractivos turísticos ubicados en Yungay, muy cerca de la capital provincial. Sin embargo, muy pocos visitantes se quedan allí a dormir o siquiera almorzar (solo hay un restaurante turístico), pues no posee la infraestructura para atender una adecuada demanda. Mariella Méndez, jefa de la oficina de Turismo de la comuna provincial, espera la aprobación de un proyecto que incluya la capacitación a empresarios turísticos que viven en la zona. Pero también aguarda el vital apoyo del gobierno regional.
Lo que falta hacerEn Yungay, sin embargo, hay mucho por hacer. Gran parte de la ciudad necesita ser asfaltada, así como la vía que lleva de Yungay a la laguna de Llanganuco, importante destino turístico de la zona.
A decir del alcalde provincial, Cico Álamo Figueroa, la comuna no cuenta con recursos para ello. “Para asfaltar todo Yungay necesitaríamos cambiar el sistema de agua y desagüe, o sea, S/.28 mlls. que no tenemos”. Añadió que la comuna ha hecho los estudios de preinversión de la vía a Llanganuco, así como los de un nuevo hospital y que ha presentado ambos, hace por lo menos dos años, al Gobierno Regional de Áncash para su ejecución. Sostiene que aún no recibe respuesta alguna.
SEPA MÁS¿Libre de aludes?La Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua indica que la actual ciudad de Yungay se halla fuera del trayecto de un posible alud.
El Comité Regional de Defensa Civil señala que sí está expuesta a deslizamientos de tierra debido a fallas geológicas en la zona.
La ONG Soluciones Prácticas ITDG trabaja con la comuna provincial en la prevención contra sismos y otras emergencias. La urbe cuenta con un mapa de zonas vulnerables. Las instituciones trabajan ahora en campañas de información con la población.

FI.ElComercio

Yungay Noticias.