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| Atahualpa-Montezuma |
¿La «venganza» de Moctezuma y Atahualpa?
Moctezuma, el último emperador Azteca y Atahualpa el último Inca, ambos vencidos por el conquistador español en 1520 y 1532, marcaron no solamente una ruptura en el normal desarrollo histórico de la América india; sino también fue el inicio de 500 años de colonización, de expoliación, de imposición, de intercambio desigual con los países europeos y Estados unidos. En la memoria colectiva de la región este episodio se recuerda con nostalgia e impotencia; pero no con resignación, sino más bien como un reto a superar.
Hoy por hoy, en un contexto de crisis económica mundial, que afecta principalmente a las economías de Europa y EEUU; sumada a la aparición de los países emergentes que amenazan la supremacía económica del los países desarrollados; América latina, surge y asimila estos hechos con una economía solida, con una nueva personalidad, con una identidad en plena construcción. Ya no es más el pobre paria de los grandes encuentros internacionales. Hoy, es un renovado actor en el concierto de naciones, que busca reconocimiento y soberanía; pide un cambio de estatus y un nuevo rol en el tablero del mundo.
Un hecho que tal vez simbolice el inicio de esta nueva época, creemos que ha sido, la actitud, nunca antes vista, asumida por once jefes de Estado de Latinoamérica –Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Uruguay, Cuba, Costa Rica, Salvador, Nicaragua, Honduras y Republica Dominicana- que no asistieron a la XXI Conferencia Iberoamericana celebrada el 28 de octubre del 2011 en Asunción-Paraguay, desairando de este modo al mismísimo Rey Juan Carlos de España, que se había desplazado, precisamente para este encuentro. Pero esto no fue todo, días después, la UNASUR, reunida en pleno, condenaba la presencia militar británica en las Malvinas; prohibiéndose, que en adelante los barcos ingleses atraquen en los puertos de los doce países miembros.
También hay otros hechos que suman en esta dirección. Chile, viene de ser aceptado en la Organización por la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); Brasil, Argentina y México, participan en el G20. Venezuela construye el ALBA para contrarrestar la influencia de EE.UU. El pasado 3 de diciembre, en Caracas se crea la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), sin la presencia de Canadá y EEUU. Sin olvidar que Brasil, viene de quitarle la plaza de sexta potencia económica mundial al Reino Unido.
En paralelo, vemos que en el ámbito de las inversiones, la actividad de las empresas latinoamericanas ha entrado en una etapa de crecimiento nunca antes visto. La petrolera mexicana Pemex invierte en la española Repsol. La brasileña Petrobras ha superado en 2010 a la francesa Total. La empresa aeronáutica brasileña Embraer invierte en Portugal, Estados Unidos, China. LAN, empresa chilena viene de unirse con la brasileña TAM. La sociedad de telefonía celular mexicana Claro, cubre casi la totalidad del continente latinoamericano.
Los hechos hablan por sí solos. Es evidente que nuestro continente ha entrado en un proceso de crecimiento renovado en un mundo donde la distribución del poder a nivel planetario comienza a sufrir una profunda transformación.
Hemos recordado a Moctezuma y Atahualpa, para simbolizar cinco siglos de desarrollo y crecimiento desigual frente a los países desarrollados. América Latina no busca ninguna venganza; solamente busca eso que no ha tenido hasta la fecha: independencia, soberanía, reconocimiento, una voz propia, un espacio y un rol en ese gran tablero del mundo. Hasta la próxima.
Fuente:Expresión Latina-FranciaMoctezuma, el último emperador Azteca y Atahualpa el último Inca, ambos vencidos por el conquistador español en 1520 y 1532, marcaron no solamente una ruptura en el normal desarrollo histórico de la América india; sino también fue el inicio de 500 años de colonización, de expoliación, de imposición, de intercambio desigual con los países europeos y Estados unidos. En la memoria colectiva de la región este episodio se recuerda con nostalgia e impotencia; pero no con resignación, sino más bien como un reto a superar.
Hoy por hoy, en un contexto de crisis económica mundial, que afecta principalmente a las economías de Europa y EEUU; sumada a la aparición de los países emergentes que amenazan la supremacía económica del los países desarrollados; América latina, surge y asimila estos hechos con una economía solida, con una nueva personalidad, con una identidad en plena construcción. Ya no es más el pobre paria de los grandes encuentros internacionales. Hoy, es un renovado actor en el concierto de naciones, que busca reconocimiento y soberanía; pide un cambio de estatus y un nuevo rol en el tablero del mundo.
Un hecho que tal vez simbolice el inicio de esta nueva época, creemos que ha sido, la actitud, nunca antes vista, asumida por once jefes de Estado de Latinoamérica –Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Uruguay, Cuba, Costa Rica, Salvador, Nicaragua, Honduras y Republica Dominicana- que no asistieron a la XXI Conferencia Iberoamericana celebrada el 28 de octubre del 2011 en Asunción-Paraguay, desairando de este modo al mismísimo Rey Juan Carlos de España, que se había desplazado, precisamente para este encuentro. Pero esto no fue todo, días después, la UNASUR, reunida en pleno, condenaba la presencia militar británica en las Malvinas; prohibiéndose, que en adelante los barcos ingleses atraquen en los puertos de los doce países miembros.
También hay otros hechos que suman en esta dirección. Chile, viene de ser aceptado en la Organización por la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); Brasil, Argentina y México, participan en el G20. Venezuela construye el ALBA para contrarrestar la influencia de EE.UU. El pasado 3 de diciembre, en Caracas se crea la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), sin la presencia de Canadá y EEUU. Sin olvidar que Brasil, viene de quitarle la plaza de sexta potencia económica mundial al Reino Unido.
En paralelo, vemos que en el ámbito de las inversiones, la actividad de las empresas latinoamericanas ha entrado en una etapa de crecimiento nunca antes visto. La petrolera mexicana Pemex invierte en la española Repsol. La brasileña Petrobras ha superado en 2010 a la francesa Total. La empresa aeronáutica brasileña Embraer invierte en Portugal, Estados Unidos, China. LAN, empresa chilena viene de unirse con la brasileña TAM. La sociedad de telefonía celular mexicana Claro, cubre casi la totalidad del continente latinoamericano.
Los hechos hablan por sí solos. Es evidente que nuestro continente ha entrado en un proceso de crecimiento renovado en un mundo donde la distribución del poder a nivel planetario comienza a sufrir una profunda transformación.
Hemos recordado a Moctezuma y Atahualpa, para simbolizar cinco siglos de desarrollo y crecimiento desigual frente a los países desarrollados. América Latina no busca ninguna venganza; solamente busca eso que no ha tenido hasta la fecha: independencia, soberanía, reconocimiento, una voz propia, un espacio y un rol en ese gran tablero del mundo. Hasta la próxima.
Yungay Noticias.