Triceratops: Significa rostro con tres cuernos. Este dinosaurio pertenecía a un grupo de dinosaurios conocido como los ceratópsidos. Su nombre se debe a sus dos cuernos de encima de los ojos de 1 metro de largo y su cuerno de encima del hocico que medía unos 20 centímetros de largo. Medía 9 metros, de ellos casi un tercio correspondían al cráneo, y 3 metros de altura. Pesaba como 5 rinocerontes, lo equivalente a 10 toneladas. Él y todos los ceratópsidos tenían la prolongación ósea desde la base del cráneo hacia atrás, a modo de capucha, y un hocico en forma de pico estrecho y ganchudo. Muchos eran , y todos se alimentaban de plantas.
La capucha que protegía su cuello y las paletillas podía resistir los demoledores golpes de otros dinosaurios. Nadie sabe a ciencia cierta de qué color eran los dinosaurios, pero algunos científicos creen que su cuello y su capucha tenían vivos colores. Creen que el animal estaba tan bien armado, que no necesitaba disimular su presencia confundiéndose con el terreno, verde o gris. El colorido de la capucha pudo servirle para atraer a las hembras. Muchos fósiles de este dinosaurio y de otros ceratópsidos han aparecido en un mismo lugar, lo cual sugiere que se desplazaban en manadas, enfrentándose en grupo a algún carnívoro que les amenazase. Según fueron evolucionando los ceratópsidos, los aditamentos de su cabeza se fueron haciendo más pronunciados. El Triceratops, el rey de los ceratópsidos, vivió al final de la Era de los Dinosaurios y poseía el mayor aderezo de capuchas y cuernos de todos los ceratópsidos, su cabeza medía casi un tercio de longitud total. Con la cabeza gacha, y los cuernos apuntando hacia delante, y respaldado por su enorme corpulencia, desplegaba una formidable defensa contra depredadores con el Tyrannosaurus rex. Incluso unos dinosaurios carnívoros tan grandes como este último dudaría antes de atacar a este dinosaurio, ya que podría causarle graves heridas con sus puntiagudos cuernos. El herbívoro, en cambio, estaba muy bien protegido de los ataques de otros dinosaurios, mejor que el Tyrannosaurus rex. La capucha que cubría el cuello, era una buena defensa contra los afilados dientes y zarpas. Su piel era gruesa y presentaba abultamientos distribuidos irregularmente. Se enfrentaba a sus enemigos a una velocidad punta de 35 kilómetros por hora. la carga de este dinosaurio, como la del rinoceronte, seguramente bastaría para ahuyentar a muchos depredadores. El cráneo es un rasgo más destacado y nos puede contar muchas cosas acerca de su modo de vida. Los maxilares estaban hechos para arrancar a mordiscos materiales vegetales muy recios y fibrosos, que luego iba picando con sus dientes afilados como tijeras. Utilizaba su estrecho y ganchudo pico para tronchar las plantas que luego iba picando con sus dientes afilados como tijeras. Utilizaba su estrecho y ganchudo pico para tronchar las plantas que luego iba picando con sus dientes afilados como tijeras, que si se le desgastaban quizá podían volverle a crecer. Unos fuertes músculos que se extendían hasta la capucha daban vigor a los maxilares. La capucha servía, probablemente de lugar de fijación de los músculos maxilares, y a la vez protegía el cuello. Utilizaba sus agudos cuernos sobre todo para defenderse de los tiranosáuridos, pero también los machos entre ellos para disputarse a las hembras de su especie, antes de la época de apareamiento. Probablemente, los machos combatían entre sí para decidir quién sería el jefe de la manada, además de disputarse las hembras. No usaban los cuernos para herir, sino que los dos machos se empujaban y forcejeaban, con los cuernos trabados, echando un pulso, para demostrar cuál era el más fuerte, como hacen hoy día los antílopes, ciervos y carneros. La capucha del cuello protegía el tronco de su rival. Los paleontólogos han encontrado algunas capuchas con fracturas, lo que demuestran que los combates alcanzaban notable violencia. Se ha descubierto en Norteamérica, y no se han encontrado fósiles en ningún otro continente. Vivió hace 70 a 65 millones de años, justo al final de la Era de los Dinosaurios, en el Cretácico superior.
La capucha que protegía su cuello y las paletillas podía resistir los demoledores golpes de otros dinosaurios. Nadie sabe a ciencia cierta de qué color eran los dinosaurios, pero algunos científicos creen que su cuello y su capucha tenían vivos colores. Creen que el animal estaba tan bien armado, que no necesitaba disimular su presencia confundiéndose con el terreno, verde o gris. El colorido de la capucha pudo servirle para atraer a las hembras. Muchos fósiles de este dinosaurio y de otros ceratópsidos han aparecido en un mismo lugar, lo cual sugiere que se desplazaban en manadas, enfrentándose en grupo a algún carnívoro que les amenazase. Según fueron evolucionando los ceratópsidos, los aditamentos de su cabeza se fueron haciendo más pronunciados. El Triceratops, el rey de los ceratópsidos, vivió al final de la Era de los Dinosaurios y poseía el mayor aderezo de capuchas y cuernos de todos los ceratópsidos, su cabeza medía casi un tercio de longitud total. Con la cabeza gacha, y los cuernos apuntando hacia delante, y respaldado por su enorme corpulencia, desplegaba una formidable defensa contra depredadores con el Tyrannosaurus rex. Incluso unos dinosaurios carnívoros tan grandes como este último dudaría antes de atacar a este dinosaurio, ya que podría causarle graves heridas con sus puntiagudos cuernos. El herbívoro, en cambio, estaba muy bien protegido de los ataques de otros dinosaurios, mejor que el Tyrannosaurus rex. La capucha que cubría el cuello, era una buena defensa contra los afilados dientes y zarpas. Su piel era gruesa y presentaba abultamientos distribuidos irregularmente. Se enfrentaba a sus enemigos a una velocidad punta de 35 kilómetros por hora. la carga de este dinosaurio, como la del rinoceronte, seguramente bastaría para ahuyentar a muchos depredadores. El cráneo es un rasgo más destacado y nos puede contar muchas cosas acerca de su modo de vida. Los maxilares estaban hechos para arrancar a mordiscos materiales vegetales muy recios y fibrosos, que luego iba picando con sus dientes afilados como tijeras. Utilizaba su estrecho y ganchudo pico para tronchar las plantas que luego iba picando con sus dientes afilados como tijeras. Utilizaba su estrecho y ganchudo pico para tronchar las plantas que luego iba picando con sus dientes afilados como tijeras, que si se le desgastaban quizá podían volverle a crecer. Unos fuertes músculos que se extendían hasta la capucha daban vigor a los maxilares. La capucha servía, probablemente de lugar de fijación de los músculos maxilares, y a la vez protegía el cuello. Utilizaba sus agudos cuernos sobre todo para defenderse de los tiranosáuridos, pero también los machos entre ellos para disputarse a las hembras de su especie, antes de la época de apareamiento. Probablemente, los machos combatían entre sí para decidir quién sería el jefe de la manada, además de disputarse las hembras. No usaban los cuernos para herir, sino que los dos machos se empujaban y forcejeaban, con los cuernos trabados, echando un pulso, para demostrar cuál era el más fuerte, como hacen hoy día los antílopes, ciervos y carneros. La capucha del cuello protegía el tronco de su rival. Los paleontólogos han encontrado algunas capuchas con fracturas, lo que demuestran que los combates alcanzaban notable violencia. Se ha descubierto en Norteamérica, y no se han encontrado fósiles en ningún otro continente. Vivió hace 70 a 65 millones de años, justo al final de la Era de los Dinosaurios, en el Cretácico superior.
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