Es el año
en el que se conmemora doscientos años de la independencia patria, año del
bicentenario, contexto oportuno para conocer y reconocer a ciudadanos que dedicaron su tiempo, su trabajo, su
intelecto por el bienestar colectivo, el desarrollo social, cultural,
educativo, económico y político de la Provincia de Yungay, Ancash, Perú y la humanidad.
Yungay, es una situación especial, encontramos
un antes y un después de la tragedia del 31 de mayo de 1970, Yungay se golpeó, sufrió,
durmió, se desconcertó, lloró, solo un alto, un paréntesis, porque Yungay inmaterial
no murió, no desapareció, Yungay, es inmortal. “Surge desde las semillas invisibles, como surgió en muestra viva, la flora y fauna,
naturaleza intangible del Campo Santo”. Es el momento de unir el eslabón desprendido,
la generación Yungaina 1950-1970 y generación Yungaina 1970-1990 . Jovenes y adultos, los primeros quienes tuvieron la oportunidad de
vivenciar los acontecimientos sociales, culturales, políticos de Yungay
antiguo, y los segundos quienes crecen en un Yungay renacido, que necesitan ser
conscientes y participes de su transformación y desarrollo. Con la
fuerza y la raíces de nuestros antepasados y presentes ilustres Yungainos
hombres de bronce, para nuestros niñas,
niños y juventud de hoy, Yungay, tiene el deber de recobrar su época dorada en
el Callejón de Huaylas.
Sin el
ánimo de personalismo, presentaremos la vida y obra de Yungainos que destacaron
en un área del conocimiento, el arte, la
música, el deporte, la ciencia, la fe y el bien social. Tomamos en cuenta y
agradecemos el aporte y cortesía de
aquéllos quienes han registrado y difundido, la esencia de la historia de Yungay,
de cuyo crisol nos serviremos par fundir los bustos de Yungainos celebres y de
quienes vienen forjando su medalla y escultura de bronce.
Jorge A.
Mejía Bernuy (“Sócrates Amadeo”)